Bultos cuello 

Bultos en la zona del cuello cómo detectarlos y tratarlos

“¿Por qué me salen bultos en el cuello?”. “Me ha aparecido un bulto en el cuello y me duele, ¿debería preocuparme?” “¿Es preocupante un bulto en el cuello?” Estas son algunas de las principales búsquedas que las personas realizan en Internet ante la aparición de bultos en la zona del cuello.

Se entiende por bulto en el cuello la presencia de cualquier nódulo, masa, prominencia o hinchazón en la zona de la mandíbula, orejas y zonas laterales del cuello. La aparición de bultos en la zona del cuello constituye un hecho relativamente frecuente. Su origen puede deberse a diversas causas, las cuales determinarán el tratamiento. Los bultos pueden ser dolorosos o no, siendo estos últimos, por norma general, más preocupantes que aquellos que vayan acompañados de molestia.

Principales causas de bultos en el cuello

La presencia de bultos en el cuello se puede deber a diversas causas, entre las que destaca principalmente la reacción inflamatoria, aunque también es posible que estos aparezcan debido a una reacción alérgica o estén presentes desde el nacimiento:

  • Reacción inflamatoria. Por lo general, la inflamación suele ser de naturaleza infecciosa, bien sea una bacteria o un virus el desencadenante. A consecuencia de la infección, los ganglios linfáticos situados en la zona del cuello se inflaman y, por lo tanto, se hinchan aumentado su tamaño.
  • La infección puede ser ocasionada por la presencia de bacterias. En el caso de la bacterias, la inflamación se puede dar a nivel local como las anginas, faringitis y difteria o, por todo el cuerpo como son la sífilis, la fiebre tiroidea o la tuberculosis.
  • La reacción inflamatoria también puede ser originada por la presencia de virus. Los catarros suelen ser el origen más habitual, aunque también pueden ser infecciones como las paperas, el sarampión, rubeola o VIH.
    Sin embargo, no siempre esta reacción inflamatoria puede ser ocasionada por una infección y, en ocasiones, puede deberse por reacciones adversas asociadas a medicamentos o enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide).
  • Origen tumoral, ya sea de carácter benigno o maligno. En este último caso, los cánceres propios de la zona de cabeza y cuello (boca, faringe, laringe, tiroides, glándulas salivares, etc) o linfomas son los que pueden provocar la presencia de bultos en la zona del cuello.
  • Reacción alérgica
  • De nacimiento o también llamados congénitos. Están presentes en el niño/a desde su nacimiento. En ocasiones, pueden pasar desapercibidos o ser imperceptibles, o ser imperceptibles, hasta que por diversos motivos, aumentan de tamaño Por lo general no suelen estar asociados a otra sintomatología. En este caso, los más comunes son los quistes branquiales, quistes del conducto tirogloso o quistes dermoides.

Diagnóstico

Ante la presencia de bultos persistentes en el cuello, es preciso acudir al profesional sanitario de referencia. En especial, si estos van acompañados de otra sintomatología como llagas en la boca, dificultad al tragar, fiebre, etc.

La exploración física, así como estudio del historial clínico del paciente, permitirán establecer las primeras pruebas diagnósticas necesarias. Si se sospecha de que su origen es infeccioso, se solicitará un análisis de sangre para identificar el virus o la bacteria que ocasiona la presencia de bultos en el cuello.

Otra de las pruebas diagnósticas a las que se suele recurrir es al uso de endoscopias. Las endoscopias consisten en introducir una cámara minúscula por la zona de la boca. De esta forma, es posible visualizar el interior de la garganta y detectar la presencia de cualquier anomalía.

En otros casos, es posible recurrir a pruebas diagnósticas por imagen, como son las ecografías o el TAC. Por otro lado, también se puede solicitar la extracción de una muestra del bulto, mediante punción y biopsia, para establecer si el bulto se debe a un tumor de origen benigno (lipomas) o maligno (cáncer).

 

Tratamientos

El tratamiento está orientado al abordaje de la causa que origina la presencia del bulto. En caso que se deba a una infección común, por lo general, se trata con antibióticos. En otros casos, en caso de que la naturaleza del bulto se deba a una presencia tumoral u origen congénito (nacimiento) será necesario la intervención quirúrgica. Si se confirma la presencia de cáncer, depende del estadio y tipología del mismo, también se puede recurrir a la quimioterapia o radioterapia.

 

Recuerda que:

  • Se entiende por bulto en el cuello la presencia de cualquier nódulo, masa, prominencia o hinchazón en la zona de la mandíbula, orejas y zonas laterales del cuello.
  • Los bultos en la zona del cuello indoloros suelen ser más preocupantes que los dolorosos.
  • Ante la presencia de bultos en el cuello es preciso acudir a un especialista médico quién determinará la causa del mismo, así como tratamiento necesario.
  • Por lo general, la presencia de bultos en el cuello se debe a una reacción inflamatoria como consecuencia de la infección provocada por una bacteria o un virus.