
Alzheimer temprano: ¿se puede tener alzhéimer antes de los 65?
El Alzheimer de inicio temprano, también conocido como Alzheimer precoz, es una forma poco común de esta enfermedad neurodegenerativa que aparece antes de los 65 años. Afecta aproximadamente al 5% de los casos totales de esta patología y, aunque suele estar asociado a la genética, todo apunta a que su origen es multifactorial.
Síntomas del Alzheimer temprano que debes conocer
Es importante tener en cuenta que la principal diferencia entre el alzhéimer temprano y el común o más prevalente es la edad en la que aparecen los primeros síntomas. Esa edad puede ser tan pronto como los 19 años, aunque de forma excepcional. Por tanto, cabe recordar que los síntomas más comunes del alzhéimer son:
- Cambios en la personalidad: suelen producirse alteraciones de la conducta, como irritabilidad, desinhibición o apatía.
- Problemas de memoria: aunque son los más conocidos, no suelen ser los primeros en aparecer. Se notan de forma más acusada en las actividades cotidianas.
- Dificultades para hablar: son comunes los problemas para comunicarse o encontrar palabras adecuadas.
- Pérdida de habilidades motoras: dificultan la realización de movimientos coordinados y planificados.
Una característica común del alzhéimer, incluido el temprano, es que cada persona expresa los síntomas de forma distinta. En el caso este último, sucede que estos síntomas tienden a atribuirse al estrés u otros problemas psicológicos, lo que dificulta su diagnóstico.
El problema del diagnóstico temprano
El diagnóstico temprano del alzhéimer es fundamental para minimizar el impacto de la enfermedad. En el caso de las personas menores de 65 años, los especialistas suelen llegar a otros diagnósticos antes debido a la menor frecuencia de esta forma de alzhéimer. No obstante, un diagnóstico temprano permite:
- Acceder a ciertos tratamientos: igual que sucede con casi cualquier enfermedad, el diagnóstico temprano del alzhéimer precoz permite acceder a un abanico de tratamientos más amplio que si se detecta en una etapa moderada. En consecuencia, el paciente podrá disponer de más tiempo de autonomía.
- Planificar decisiones: esto permite organizar los aspectos laborales, económicos y legales antes de que la enfermedad progrese. No solo eso: el paciente tiene más tiempo para expresar sus deseos sobre su futuro.
- Adaptar el entorno: implica ajustar el hogar y las dinámicas familiares para mejorar el bienestar del paciente.
En el caso del alzhéimer temprano, este diagnóstico es especialmente relevante, ya que las personas afectadas suelen estar laboralmente activas o tener hijos pequeños o adolescentes a su cargo. De esta forma, la detección temprana permite organizar mejor estas responsabilidades y reducir su impacto en el núcleo familiar.
Recuerda:
- El alzhéimer temprano es una forma poco común de esta enfermedad que afecta a personas menores de 65 años.
- Su diagnóstico suele complicarse debido a que los síntomas se suelen confundir con otros problemas como el estrés.
- El diagnóstico temprano es crucial para acceder a tratamientos, y planificar ciertos aspectos personales, especialmente en pacientes con responsabilidades familiares y laborales.

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