
¿Qué es el párkinson y cuáles son sus síntomas?
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente al movimiento. Se caracteriza por la degeneración de ciertas células nerviosas en el cerebro encargadas de la fabricación de un neurotrasmisor llamado dopamina, que interviene en la correcta movilidad de la persona.
El párkinson afecta principalmente a personas mayores de 60 años, y su incidencia aumenta con la edad. Se estima que la prevalencia es del 0,5% a los 65 años y de entre el 1 y el 4% entre los 70-85 años. Aunque la causa exacta de la enfermedad sigue siendo desconocida, se sabe que la combinación de factores genéticos y ambientales puede desencadenar el proceso neurodegenerativo.
Síntomas del párkinson
El párkinson se caracteriza por una combinación de síntomas motores y no motores. Los síntomas motores son aquellos que afectan directamente la capacidad del cuerpo para moverse y coordinarse. Estos son los principales:
- Bradicinesia: (del griego, bradi = lento y de cinetos = movimiento) daña la capacidad de realizar movimientos de cualquier tipo, como escribir o abrocharse los botones, caminar, vestirse, etc.
- Temblor: comienza generalmente en reposo y afecta inicialmente a una parte del cuerpo, como la mano o el pie.
- Rigidez muscular: provoca dolor articular y tendinoso, lo que puede dificultar la movilidad.
- Alteración de la marcha: es la consecuencia de las anteriores síntomas, aunque puede no ser grave en las primeras etapas, los pacientes a menudo notan que su marcha es más lenta o arrastrada.
Por otro lado, los síntomas no motores son aquellos que no están directamente relacionados con el movimiento, pero pueden tener un gran impacto en la vida diaria del paciente. Algunos de ellos son la disminución de la capacidad olfativa, los trastornos del sueño, la apatía, y la depresión entre otras muchas, que pueden preceder en años a los síntomas motores. En etapas avanzadas, otros síntomas no motores, como la demencia o la disfunción del sistema nervioso autónomo, pueden ser tan graves como los motores.
¿Cómo se diagnostica y trata el párkinson?
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es principalmente clínico, y se basa en el historial médico y una exploración física. Aunque no existen pruebas específicas para diagnosticar la enfermedad, en algunos casos, las pruebas de neuroimagen funcional, como el SPECT de dopamina, pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, es importante destacar que no existe cura para la enfermedad, pero sí hay diversas opciones para aliviar los síntomas. Entre ellas destaca la levodopa, que es un precursor de la dopamina y se considera el tratamiento más eficaz para la mayoría de los pacientes. También se utilizan los agonistas dopaminérgicos (estimulantes de la fabricación de dopamina), que imitan los efectos de la dopamina en el cerebro, entre otros.
Además de los tratamientos farmacológicos, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable que incluya actividad física regular, dieta adecuada (como la dieta mediterránea), y estimulación cognitiva para aquellos pacientes con alteraciones en la memoria. Por último, hay que recordar que la persona que padece párkinson, va a vivir siempre con una menor movilidad, por eso es necesario que ella misma la trabaje y mejore diariamente.
Recuerda:
- El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente al movimiento.
- Se caracteriza por sus síntomas motores, como la rigidez y los temblores, aunque también cursa con otros síntomas no motores, como la depresión.
- Aunque no tiene cura, los tratamientos farmacológicos y los cambios en el estilo de vida pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

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