Células anormales en una citología: estas son las más comunes
Las denominadas “citologías” son un método de estudio anatomopatológico en los que, en base a las alteraciones nucleares y citoplásmicas de células aisladas o en pequeños grupos, se pueden emitir diagnósticos, generalmente de cáncer, o identificar estados preneoplásicos. Los estudios citológicos pueden realizarse en material exfoliado, obtenido por raspado (citología cérvico-vaginal) o presente en secreciones (orina, esputos, derrames). Este último tipo de citologías se denominan exfoliativas, para diferenciarlas de las obtenidas directamente de los tejidos u órganos (pulmón, tiroides, riñón, etc.) mediante punción aspiración con aguja fina (PAAF).
En la mujer, la citología exfoliativa cérvico-vaginal es una herramienta de diagnóstico de primera línea para identificar alteraciones citológicas preneoplásicas, que dejadas a su libre evolución acaban en tumores malignos. Este procedimiento se conoce como prueba de Papanicolau, en honor del ginecólogo que lo introdujo. Aunque desde hace muchos años las Sociedades de Ginecología y Obstetricia recomiendan la prueba de Papanicolaou cada 3 años después del inicio de las relaciones sexuales, con la introducción de las vacunas y el serotipo del virus del papiloma (HPV) se han establecido nuevas pautas que prestan especial atención al tipaje de HPV. No obstante, los estados preneoplásicos o neoplásicos solo se pueden identificar y seguir mediante el estudio citológico.
En la citología cérvico-vaginal, además de las alteraciones citológicas propias de la infección por HPV y del reconocimiento de los distintos cambios que conducen al cáncer, es posible identificar otras modificaciones celulares (atrofia, metaplasias) y otros agentes patógenos (hongos, tricomonas, herpes, gardnerellas, etc.) no relacionados con el cáncer.
A continuación, se desglosan las 3 categorías diagnósticas que deben figurar en los informes de citología cérvico vaginal, siguiendo la terminología universalmente aceptada (clasificación de Bethesda):
- Negativa para lesión intraepitial o cáncer: El extendido carece de alteraciones neoplásicas en las células epiteliales, aunque puedan existir microorganismos, inflamación, atrofia o metaplasias. Es importante destacar que esto no garantiza la ausencia total de enfermedad neoplásica, pero sugiere una probabilidad baja de hallazgos significativos.
- Anomalías en células epitaliales escamosas: En esta categoría se incluyen diferentes alteraciones, desde células escamosas hasta la displasia moderada grave-carcinoma in situ o el carcinoma de células escamosas infiltrante.
- Por último, las Anomalías de células epiteliales glandulares que incluyen presencia de células atípicas endocervicales, endometriales o glandulares; células atípicas endocervicales o glandulares con sospecha de neoplasia; adenocarcinoma in situ endocervical etc. En mujeres mayores de 45 años siempre debe especificarse si existen células endometriales en el extendido.
La detección de células malignas o sospechosas de malignidad en una citología es un claro indicador de riesgo y requiere una actuación inmediata. Los estudios adicionales, como biopsias, análisis bioquímicos o radiografías, son necesarios para confirmar el diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuando. Es importante realizar los estudios citológicos con regularidad para prevenir y manejar adecuadamente estas posibles condiciones patológicas.
Recuerda:
- Las citologías son fundamentales para detectar células anormales que pueden indicar desde cambios benignos hasta un posible cáncer incipiente.
- Los resultados anormales requieren una evaluación adicional para un diagnóstico que dé comienzo al tratamiento más adecuado.
- Mantener un seguimiento cercano con profesionales de la salud es esencial para un manejo adecuado de la posible enfermedad.
Ginecología y Obstetricia