Cómo actuar ante un golpe en la cabeza

Cómo actuar tras un golpe en la cabeza para descartar conmoción cerebral

¿Cómo debemos actuar ante un golpe en la cabeza? ¿Quién no se ha dado alguna vez un golpe fuerte y se ha preocupado? Puertas de armarios, ventanas, los marcos de las puertas… El riesgo es considerable.

La estructura ósea del cráneo está diseñada para evitar o proteger al cerebro de los golpes externos, aunque lo cierto es que nada impide que el propio cerebro se mueva dentro del cráneo.

 

Cómo actuar ante un golpe en la cabeza

La mayoría de los casos los golpes en la cabeza no revisten gravedad. Sin embargo, la especial naturaleza del cerebro y su importante rol en todas las funciones vitales hace que debamos tomar precauciones.

Cuando nos golpeamos la cabeza y el cerebro puede moverse dentro del cráneo con cierta virulencia hasta lesionarse.

Esto produce lo que se conoce como una conmoción cerebral, también llamada lesión cerebral traumática.

A pesar de la grandilocuencia que parece desprenderse de estas acepciones, en la mayoría de los casos son lesiones muy leves que no revisten consecuencias serias.

Sin embargo, ante cualquier un golpe en la cabeza debamos estar atentos y  es aconsejable visitar a nuestro médico de cabecera, que nos hará un pequeño examen con varias comprobaciones para confirmar el buen estado del cerebro.

 

¿Cuáles suelen ser las señales de que se ha sufrido una conmoción cerebral?

En la mayoría de los casos los síntomas de la conmoción cerebral o lesión cerebral traumática provocados por un golpe son el dolor de cabeza, cambios variables en la lucidez mental o incluso pérdida del conocimiento.

Tras una leve lesión, es más probable que una segunda conmoción revista consecuencias más graves, por lo que el seguimiento debe ser mayor.

En cualquier caso, hay ciertos signos que nos pueden ayudar a identificar la gravedad de las consecuencias, como por ejemplo el tiempo de la pérdida de consciencia.

También la pérdida parcial de memoria o dificultad para la concentración pueden ser alertas de lesión, pero el espectro de síntomas es tan amplio e impreciso que lo más recomendable es visitar a profesionales, incluso a médicos especializados, sobre todo si el golpe ha sido más fuerte de lo usual.

Por tanto, los síntomas más comunes son:

  • Pérdida de memoria
  • Cambios en la lucidez
  • Dolor de cabeza
  • Dificultad para concentrarse
  • Pérdida del conocimiento

 

¿Qué precauciones debemos tener si nos diagnostican una conmoción cerebral?

Si al visitar un médico se diagnostica una conmoción, lo principal es no hacer esfuerzos, tanto físicos como mentales, pues el cerebro necesita cierto tiempo de recuperación para alcanzar un nivel óptimo que le permita funciona correctamente.

Una vez recuperado, se podrá volver a la actividad normal. La terapia física es una opción muy recurrida en estos casos de lesión cerebral traumática, aunque varía mucho y depende del grado de dicha lesión.

En cualquier caso, la terapia deberá ser gradual y exponencial, para no sobrecargar al cerebro de información.

La rehabilitación vestibular suele ser otra terapia bastante común, sobre todo en casos de pacientes que manifiestan mareos o pérdida de equilibrio.

La variabilidad de signos, síntomas y manifestaciones hace complicado la detección de lesiones leves. Además, en la mayoría de los casos, las personas no acuden al médico.

Por ello, es importante recordar la conveniencia de acudir al médico ante un golpe en la cabeza. Solo un especialista podrá hacer un diagnóstico certero de nuestro caso y sabrá cuál es el mejor tratamiento para una correcta recuperación.

 

Recuerda:

  • Es muy sencillo sufrir una conmoción cerebral pues nuestro entorno ayuda a que nos demos muchos golpes en la cabeza.
  • Los síntomas más comunes suelen ser: dolor de cabeza, pérdida de memoria, cambios en la lucidez, pérdida de conocimiento o dificultar para concentrarse, así como vértigos y mareos.
  • No es fácil de identificar por lo variable de sus síntomas y lo habitual de los mismos, por ello es recomendable acudir al médico quien determinará la necesidad de realizarnos pruebas.