¿Qué es el lupus?
En España, un 1% de la población puede tener Lupus Eritematoso Sistémico (LES), de los cuales un 90% son mujeres entre los 15 y 55 años, según datos de la Federación Española de Lupus (Felupus). Se trata de una enfermedad autoinmune que produce inflamación en diferentes tejidos del cuerpo; el propio sistema inmunológico ataca a las células y los tejidos erróneamente y puede afectar a las articulaciones, la piel, los pulmones, los riñones, vasos sanguíneos o el sistema nervioso.
Actualmente no disponemos de una cura definitiva, pero los tratamientos y medicación existentes consiguen controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen, consiguiendo incluso en muchos casos la inactividad de la enfermedad y grandes periodos de remisión prolongada.
Los principios del tratamiento están principalmente enfocados en la detección precoz de los casos para prevenir o tratar los brotes de la enfermedad, evitar o reducir el daño en los órganos y tejidos así como en las articulaciones, reduciendo la inflamación y el dolor que se puede producir.
Existen diferentes tipos de lupus, el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es el más nombrado y grave, pero también hay otros como el lupus exclusivamente cutáneo, que afecta a la piel mediante sarpullidos o lesiones de diferentes tipos y severidad o el lupus medicamentoso, que es el inducido por la ingesta o la administración de algunos fármacos; o el lupus neonatal, menos frecuente pero que se produce cuando un bebé adquiere anticuerpos procedentes de su madre con LES.
Causa del lupus: ¿es hereditario?
Las causas del lupus todavía se desconocen, pero como en la mayoría de las enfermedades reumatológicas autoinmunes, debemos considerarla como una enfermedad con una predisposición genética heredada que se desencadena por la exposición a distintos factores externos ambientales, los cuales, vamos reconociendo cada vez más exactitud. Según afirman desde la organización Lupus Research Alliance, “existe evidencia concreta de la influencia de la genética, la epigenética (cambios en los cromosomas que afectan la actividad genética) y los factores ambientales como los virus y otras infecciones” que actuarían como desencadenantes en un individuo predispuesto. En la actualidad existe un fuerte interés y desarrollo en el conocimiento de los genes que poseen un un rol importante en el desarrollo de la enfermedad.
Los síntomas del lupus
Esta enfermedad posee una gran variedad de síntomas; de hecho, desde Felupus afirman que muchos de ellos imitan a otras enfermedades como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple. No obstante, los síntomas más comunes suelen ser el cansancio -lo presentan entre un 50% y 90 % de los pacientes-; exantema o erupción malar, que puede aparecer durante días, semanas y llegar a ser molesta y dolorosa; ulceras en la boca o fiebre sin una causa aparente. También es muy frecuente como forma de presentación del LES la aparición de dolores articulares (artralgias) y en los casos más avanzados la inflamación articular (la artritis). Ésta última no suele ser tan agresiva como la de los pacientes con Artritis Reumatoide o Artritis Psoriásica, pero puede llegar a ser muy incapacitante y dolorosa si no se trata correctamente.
Es clásico que los pacientes presentan fotosensibilidad (sensibilidad o alergia a luz solar), por lo que la exposición al sol puede empeorar las erupciones previas en la piel. Estos síntomas pueden ayudar a detectar la enfermedad más fácilmente. Finalmente, también puede existir afectación sistémica o visceral (renal, pulmonar, vascular) cuyas manifestaciones clínicas dependerán del tejido u órgano afectado concretamente en cada caso.
No existe una prueba de diagnóstico definitivo del lupus y, como la mayoría de las enfermedades reumáticas, se diagnóstica cuando el paciente cumple una serie de criterios clínicos y analíticos con los que se guía el reumatólogo para poder diagnosticar y tratar a los pacientes. Aunque estos criterios cada vez son más sensibles y específicos, no es infrecuente que puedan pasar meses (o años) para tener una certeza real de la enfermedad. En algunos casos, sobre todo aquellos pacientes con manifestaciones cutáneas o viscerales, es necesario tomar muestras de tejido mediante biopsias de la piel o de los riñones, para llegar al diagnóstico de formas específicas de LES. En estos casos, la atención multidisciplinar con otros especialistas (nefrólogos, dermatólogos, neumólogos) es lo más recomendable para la atención integral del paciente.
El tratamiento del LES se basará según la forma de presentación de cada paciente, aunque existen guías de práctica clínica consensuadas, como por ejemplo, las de la Sociedad Española de Reumatologia (SER) o las guías europeas EULAR (The European Alliance of Associations for Rheumatology). La intensidad del tratamiento debe ser proporcional a la agresividad de los síntomas y es habitual el uso de corticoides e inmunosupresores.
Algunas recomendaciones sencillas para sobrellevar el lupus son: cuidar mucho de los hábitos y llevar una vida cardiosaludable (control del peso, la tensión arterial, el colesterol y el azúcar, así como control del estrés), evitar la exposición solar o los rayos ultravioletas, sobre todo en verano, evitar en la medida de los posible en pacientes con tratamiento inmunosupresor zonas con mucha gente para prevenir posibles contagios virales u otras infecciones; y, siempre importante, el cumplimiento adecuado de la medicación y las pautas consensuadas con su médico.
Recuerda:
- El lupus es una enfermedad inmunitaria que produce inflamación en diferentes tejidos del cuerpo.
- Las causas del lupus todavía se desconocen, pero existe evidencia concreta de la influencia de la genética, la epigenética, los factores ambientales como los virus y otras infecciones.
- Los síntomas más comunes suelen ser los dolores articulares, el cansancio, la fotosensibilidad, la erupción malar o la fiebre sin una causa aparente.
Reumatología