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Retinopatía diabética: la ceguera causada por diabetes

La retinopatía diabética es una complicación ocular que puede afectar a las personas con diabetes, especialmente, cuando no está bien controlada. Se produce cuando los picos de glucosa dañan los vasos sanguíneos de la retina, la parte del ojo encargada de captar las imágenes que se envían al cerebro. Este daño progresivo puede provocar pérdida de agudeza visual y, en casos graves, ceguera.

Por ello, es importante resaltar la importancia de un buen control de la enfermedad. Esto incluye las revisiones oculares periódicas. Y es que a menudo la retinopatía diabética no da síntomas en sus primeras fases, pero sí es detectable durante un control oftalmológico.

Diagnóstico y síntomas de la retinopatía diabética

Una de las características más complejas de la retinopatía diabética es que puede avanzar durante años sin causar síntomas visibles. En fases iniciales, el paciente podría no notar ningún cambio en su visión, lo que hace que muchas personas no sean conscientes de que padecen esta afección hasta que ya está avanzada. Los síntomas de la retinopatía diabética incluyen:

  • Disminución de la agudeza visual.
  • Visión borrosa o fluctuante.
  • Pérdida gradual de visión y mala visión nocturna.
  • Dificultad para percibir los colores.
  • Manchas o áreas oscuras en el campo visual.

La detección de la retinopatía diabética se hace a través de un examen del fondo del ojo mediante un aparato llamado tomografía de coherencia óptica. Sin embargo, existen nuevos dispositivos para facilitar el diagnóstico temprano de la retinopatía diabética, como los sistemas de inteligencia artificial. Estos han demostrado ser efectivos en la identificación de cambios en los vasos sanguíneos retinianos y, en algunos casos, incluso pueden adelantarse a los síntomas, detectando la enfermedad en estadios tempranos.

¿Cómo se trata la retinopatía diabética?

El tratamiento de la retinopatía diabética comienza con el control adecuado de la diabetes. Mantener unos niveles saludables de glucosa, colesterol y presión arterial ayuda a reducir el riesgo de daño en la retina.

Cuando ya se han identificado daños más serios en los vasos de la retina, uno de los tratamientos más empleados es el láser para reducir las fugas y las hemorragias. También se pueden administrar medicamentos directamente en el ojo, conocidos como antiangiogénicos, que ayudan a evitar que los vasos sanguíneos dañados filtren líquido o sangre hacia la retina.

En cualquier caso, la elección del tratamiento recae en el oftalmólogo, quien debe evaluar la situación específica de cada paciente para optar por la terapia más adecuada.

Recuerda:

  • La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes que afecta la retina y que puede causar ceguera si no se trata a tiempo.
  • Dado que puede avanzar sin dar síntomas, es esencial que las personas con diabetes se revisen la vista periódicamente.
  • El tratamiento suele comenzar por el control adecuado de la diabetes, aunque puede evolucionar al uso de ciertos fármacos o láser.